Las pequeñas batallas
Iván Gaxiola
I
cabremos algún día
en las grietas de la noche
abrazados
calmaremos esta alquimia sucia
para no ser de
nuevo la espiga
en la mano del
gigante
II
ayer cantaron las
mismas aves
pero hoy no las
oigo
ayer salté del
sueño
hoy no tengo el
valor para quedarme
cómo voy a volver a tenerme
mis manos son
noches de vidrios y palabras
piedras de rencor y
envío solitario
IV
todo lo que existo
te divaga
en un recorrido por
las grietas de la noche
dentro de las
serpientes del alma
en los pasos mansos
de mi dios vencido
V
ahora éste mundo
puede conmigo
pueden las pequeñas
batallas
las únicas las definitivas
muero abierto como
los brazos de cristo
aunque puede acabar
conmigo la caída del sol
las malas
decisiones
mi bosque
subterráneo
la distancia de mí
mismo
VII
todo es más grande
que mis manos
se parece más a la
suerte que al destino
VIII
mal ¿por qué me has abandonado?
¿por qué a mí
que levanté el puño
a la madre
negué al hijo
y vi debajo de la
hermana?
IX
aguardo esta
invasión absurda de buena fé
con pánico de
ahogado
crece una esperanza
ridícula
augurando
permanencia obligada
ahora nada es para
siempre
mal ¿por qué me has abandonado?
X
asì pasa un domingo
por aquí
cambio tres huevos
por un poco de marihuana
la panza me crece
frente al monitor
y ella está lejos
aunque grite no me
escucha
y si llora no lo sé
es domingo también
con ella
espero no la devore
uno tan feroz como el de hoy
XI
soy un hombre que
mira al cielo
XII
còmo no temerle al
olvido y desear la muerte porque es inevitable
tú me veías llegar
a la casa de tus primeros sueños
y ahí nos
entregamos cobijados por las melodías
de quienes también
caen en el olvido
revelándonos que el
paraíso estaba en nuestro pecho
pero siempre es
demasiado tarde
que a diferencia de
la muerte te vuelve invisible ante el
ojo divino
que a diferencia
del final ahí se llegó a ningún sitio
en la pintura roja
de los años
hay siete lingotes
de presidio
hay doce resbalones
de cornisa
en la noche impía de las calles
en la noche impía de las calles
en el traste sucio
de trescientas sesenta y cinco mañanas
de huevos tristes]
tuve un sueño de
treintaiún millones de cabezas
donde soy malvado
como un padre
sesenta tarros de
cerveza
pero casi todo el
tiempo
resaca voluntaria
soy el resquicio más callado de la ciudad callada
soy el resquicio más callado de la ciudad callada
pero casi todo el
tiempo
el aullido de la
mugre más impura
la diezmilésima
parte de la nada
lo que he ganado
arrancó mi talento de raíz
gracias a sentar
cabeza
y olvidarme de
sacudidas metanfetamínicas
los colores de las
píldoras
polvos en la
nariz
doce litros de
cerveza
doce
caballitos
y por favor más
polvos en la nariz
soy buen
jardinero
alguien llamado
ella se sacrificó por vida eterna
y cada bocado lo
gano con mis letras
pero ya no alcanzo
la grandeza
el juramento fue
hace quince minutos y llegué tarde
mi madre es
feliz
yo quisiera saltar
del fiesta americana
no importa la
ciudad
dicen que también
pasó con rulfo
sin embargo yo dejé
todo
antes de la primera
piedra de mi pueblo
ahora viviré
mas no para
contarlo
seré el que ves en
el supermercado
quien despache tus
salchichas
camine en las
calles que no conoces
y muera a las 2:16
de la tarde
mientras masticas
un pedazo de carne
eructas
o haces las dos
cosas
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